28 de noviembre de 2009
La cafeina de nuestras historias.
Nos dimos las espaldas, el roce de tu espalda, hacia que la situación fuese cada vez más tensa, creo recordar, que esa noche no dormimos ninguno de los dos.
Las ojeras que se reflejaban en la mesa de la cocina y las palabras rotas que sangraban por nuestra garganta cada vez dolían más y poseían menos verdad.
Creo que ese fue el momento en el que decidí no auto engañarnos más:
-¿ Me odias?- te dije.
-Si – fue tu respuesta.
Nos quedamos mirándonos acompañados del sonido de la cafetera, nuestras caras no mostraban ningún síntoma de desagrado a las palabras que salieron de nuestras bocas. Apretaste las manos a la taza de café recien hecho, levantaste tu cabeza despeinada,L clavaste tu mirada de mar en mi y me dijiste:
-Es un tipo de odio que sólo puedo tener con tigo.
-¿Por qué?
-Es el odio de no ser capaz de decirte que te quiero.
-Me alegra saber, que yo también te odio, y que entre nosotros no existe la indiferencia.
25 de noviembre de 2009
20 de noviembre de 2009
pensamentos de sofá
10 de noviembre de 2009
A búsqueda
Eran, días, meses, non chegaba a pensar que indice de tempo utilizaria para medilo, foi un cruce de miradas, desas que che deixan sen apenas reflexos... ese nú na miña gorxa desfixose a medida que nos alonxabamos, eu pensando que as miñas ideas sobre o romanticismo estabas esgotadas , cando nese intre sentinme como a protagonista de calquera novela antiga describindo os mesmos sintomas de estupidez cortés ... quizais eran días, meses, nos que o meu inconsciente agardaba que alguén me fixese sentir así ...
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