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Arrancó sus cadenas y liberó su entender…nadie le frenará.
Dejó atrás sus cadenas a las que la incomprensión se aferró… y el mundo le llamó insólito.

Nostalxias.

Os pensamentos están empapados da mesma choiva que estos interminables invernos.

A vosa ausencia crea no meu interior unha habitación escura, na que so se escoitan as nosas conversas.

Nunca tornarei a ser unha persoa fría porque eu vivo dos sentimetos que podo acariciar en cada intre da miña vida.

Tardes sen sol que as alume, fiestras empapadas de choivas que van e veñen…lágrimas que escorren polas miñas meixelas, co simple recordo daqueles momentos que vivimos.

Vai un ano que nos despedimos para sempre, pero o meu interior segue chorando, vai un ano que nos meus recordos cada vez estades maís vivos, tamén vai un ano en que me decatei no regalo que me deixastes…o vosa lembranza.

Laberinto del silencio.

Cuando la incomodidad se aferra mis piernas hace que empiece a subir por el resto de mi cuerpo la nerviosidad que refleja mi mirada.

Me encanta captar el nerviosismo de los que me rodean sus sudores en una tarde de invierno congelante, me hacen creer en el optimismo que subyace en sus pensamientos, sus miradas se enturbian y se fijan en el mármol gris de la baldosa.

No hay conversaciones, sólo gestos corporales, uñas que no son suficientes, cigarrillos acumulados por las esquinas de la calle, dedos entrelazando el pelo.
El corazón se acelera al escuchar los pasos, nos hace un gesto con su mano, que deja en un segundo plano su mirada altiva y hostil, la seguimos por los pasillos, la claridad que entra por las ventanas es suficiente para mostrar que:

En el teatro de la vida, los actores, somos títeres de sus circunstancias